lunes, 1 de junio de 2009

CELINE SECRETO. Lucette Destouches.


Lucette Destouches y Véronique Robert, Céline Secreto, Veintisiete Letras, 2009, 160 págs. 13,5 euros.
CÉLINE AL FINAL DE SU NOCHE: Un literato, primer actor en el mayor drama de la historia de la Europa del siglo XX.
Céline, amén de médico y escritor, fue un gran consumidor de bailarinas. Bailarina fue su amante Elisabeth Craig, que acabó abandonándolo, y bailarina será Lucette Almanzor, la compañera de Céline durante el último cuarto de siglo de su vida y su mujer desde 1943.
El autor de dos novelas tan importantes como Muerte a crédito y el Viaje al fin de la noche, también publicó tres ignominiosos panfletos antisemitas que tuvieron un éxito inmenso durante la preguerra y la noche de Vichy —más de 90 ediciones sólo para Bagatelles pour un massacre— y sellaron el destino de su autor cuando Europa despertó de la pesadilla de Auschwitz. Céline huyó de Francia en junio de 1944, junto a los más significados petainistas, refugiándose primero en Sigmaringen y luego en Dinamarca. Ocho meses de encarcelamiento en aquel país quebraron su ánimo y mermaron su salud, sin doblegar su orgullo: nunca expresó el menor arrepentimiento por sus diatribas antijudías.
Cuando Céline pudo regresar a Francia, se instaló en Meudon, junto a París. Allí vivió amargado y medio loco sus últimos años, ejerciendo benévolamente su profesión de médico, atendido por su fidelísima Lucette y cargado de resentimiento por la “injusta” persecución que, a su juicio, había sufrido, sin reparar en lo irrisorio de sus padecimientos comparados con los de las víctimas del Holocausto.
En esta interesantísima obra, la viuda de Céline salda algunas cuentas y resulta conmovedor el relato de su particular inmolación en el altar del gran escritor. La propia Lucette subraya su condición de vestal que carece de significado fuera del culto a la memoria de su demonio doméstico. Se trasluce en esas páginas, púdicas y sobrias, una pasión desesperada, una alienación absoluta. El personaje de Lucette es seguramente más brillante de lo que ella nos dice — algunas frases de estos recuerdos son particularmente afortunadas— y en cualquier caso resulta fascinante su testimonio acerca del ocaso de uno de los monstruos literarios del siglo XX.
La excelente traducción de José María Solé, la oportuna cronología y el indispensable índice facilitan extraordinariamente la inmersión del lector en la Francia coetánea del biografiado.


Luis Español

La Aventura de la Historia nº 128, junio 2009, pág. 96